Los comienzos suelen ser una mezcla entre emoción e incertidumbre, hasta hace algunos años el iniciar en un nuevo empleo era similar a saltar desde una plataforma al agua y tratar de no ahogarse. El proceso de inducción consistía básicamente en la asignación de un sitio de trabajo y seguir el ritmo a los compañeros, sin embargo, hoy día se procura un mayor acompañamiento a los nuevos colaboradores en sus primeros días (incluso meses) dentro de la organización para que su transición sea más agradable.
El término Onboarding se refiere a este proceso de acompañamiento cuando un nuevo talento se integra a la empresa. Se busca que la transición a una nueva etapa laboral sea gradual y que desde el primer día, este nuevo elemento, sea consciente de su rol dentro de la organización.
¿Inducción y Onboarding son lo mismo?
La respuesta es no. Si bien, tienen algunas similitudes, la inducción es de carácter informativo y se realiza normalmente el primer día de trabajo de un nuevo talento, mientras que el onboarding es un proceso constante de retroalimentación, puede tener una duración de semanas e incluso un par de meses, en lo que se resuelven las dudas del nuevo elemento, se explican los procesos de manera gradual y existe un acompañamiento constante para la integración a la empresa.
¿Para qué sirve?
Las empresas han notado que un proceso de onboarding efectivo puede hacer la diferencia al momento de fidelizar a su talento. Cuando se realiza de manera optima, el nuevo colaborador se siente acompañado y por tanto, su transición es más sencilla. Se disminuye el riesgo de que abandone el puesto en los primeros días al sentirse perdido o abandonado, así mismo, su apego a la cultura organizacional se incrementa, trayendo consigo una disminución en los índices de rotación.
De igual manera, al contar con acompañamiento, se reducen las dudas, malos entendidos o errores por parte del nuevo elemento. También el nuevo colaborador comienza a ser productivo más rápidamente y existe una mejor integración por parte del equipo de trabajo. Adicionalmente, la empresa mejora su marca empleadora y mejora su ambiente laboral.
¿Qué incluye un onboarding efectivo?
Este proceso incluye tres grandes áreas:
- Conocimiento profundo de la empresa: Conocer el giro, su posicionamiento en el mercado, su historia, objetivos, etc.
- Conocimiento de la cultura organizacional: Conocer los valores de la empresa, su ambiente laboral, filosofía e imagen ante el público.
- Conocimiento del puesto: Conocer las herramientas, procesos y formas de evaluación del puesto al que se integra.
El onboarding debe incluir desde la información más general como el reglamento interno y las áreas de trabajo, hasta los detalles más sencillos como dónde se encuentran los insumos, cuáles son los compañeros de trabajo con los que se tendrá mayor interacción, áreas comunes, etc.
Otro de los puntos importantes de este proceso, es que la presentación con el equipo de trabajo va más allá del ámbito laboral, pues se conoce a los compañeros en entornos sociales como reuniones, comidas, etc. de manera que la integración resulta más sencilla.