El día de hoy nos enfrentamos a un enorme el reto a nivel mundial. Un virus se ha esparcido a lo largo del globo, y con esto ha cambiado por completo el estilo de vida de las personas. Muchos países se han visto en la necesidad de pedir a sus ciudadanos que guarde una cuarentena, las escuelas, las iglesias, los teatros, los cines, los centros de atracciones, y en general todos aquellos lugares en los cuales un número importante de personas se reunía han cerrado sus puertas. Esto no se limita solamente a los espacios recreativos, educativos o religiosos, sino que también incluye a una parte muy importante de la vida de las personas: los centros de trabajo.
Algunas empresas se han visto en la necesidad de cerrar sus instalaciones, sin embargo el dejar de producir no es un lujo que todos se puedan dar. La mayoría de las organizaciones necesita seguir laborando para poder generar ingresos, y por lo tanto poder pagar sus colaboradores. ¿Cómo es esto posible?, ¿Cómo es que las empresas trabajarán sin personal en sus instalaciones?
En realidad la respuesta es simple: el trabajo desde casa. Si bien esta es una realidad desde hace ya algún tiempo, en nuestro país era algo poco común. Muchas empresas se rehusaban a adoptar estos medios de trabajo ya que en su opinión no era necesario, o bien no era posible, o quizá pensaban que así sus colaboradores se distraerían, o que sus clientes no confiarían en ellos. Pero la verdad es que en muchos casos se trataba más bien de una resistencia al cambio.
Hoy la contingencia ha obligado a las empresas a tomar estas medidas como una opción. Mientras que en otros países el teletrabajo era una realidad desde hace años, en México está resultando algo completamente novedoso. La posibilidad de ser productivo sin tener que viajar una o dos horas hasta el trabajo, sin tener que enfrentar el tráfico y sin necesidad de permanecer todo el día encerrado la oficina es algo que no debería ser tan sorprendente, ya que finalmente lo que más importa son los resultados. Ahora que un virus nos ha obligado a permanecer en casa, muchos están descubriendo que la productividad no tiene nada que ver con el tiempo que pases encerrado en tu empresa, sino más bien de tu desempeño y motivación.
Si bien sabemos que la contingencia es algo temporal, también podemos asegurar que los cambios que está generando irán mucho más allá de sólo un mes. Se espera que al pasar el peligro generado por este virus, existan muchas más empresas dispuestas a cambiar el chip. Esta cuarentena nos ha enseñado que existen muchas formas de lograr el trabajo más allá de lo que era considerado tradicional, y traerá consigo muchos cambios que a pesar del miedo y tal vez la frustración que nos esté generando esta situación, nos traerán muchos beneficios a la larga.
Ha quedado claro que existe una cantidad considerable de trabajos que puede realizarse desde casa: los profesores, desarrolladores, psicólogos, reclutadores, administrativos, encargados de atención al cliente, etc. han demostrado que pueden seguir generando resultados a pesar de no estar en la oficina. Sin embargo, el home office enfrenta un reto enorme en nuestro país: nuestra cultura. En México el quedarte en casa a trabajar suele ser visto como una señal de poca productividad, puesto que se ha confundido el ser comprometido con el hecho de pasar más y más tiempo en el trabajo.
Ahora le tocará a las empresas hacer frente esta realidad, dejar atrás las viejas excusas, aceptar que no todo trabajador necesita ser vigilado constantemente para generar resultados, y que en muchos casos los horarios flexibles y el trabajo desde casa resultan ser el mejor motivador para aumentar la productividad.
Mientras que las empresas deben gestionar estrategias para que el trabajo desde casa sea posible, y establecer un sistema de metas para generar la nómina en vez de uno que contemple solo el horario, a los colaboradores les toca demostrar que este sistema realmente funciona para ellos.
Es verdad que muchos no estamos acostumbrados a este nuevo esquema de trabajo, gestionar los propios tiempos puede llegar a ser complicado, trabajar con cierta libertad puede parecer riesgoso. Finalmente todo cambio es difícil, pero por lo general traen consigo nuevas experiencias y aprendizajes.
Ser un teletrabajador implica los mismos e incluso mayores retos que ser un colaborador tradicional, puesto que la responsabilidad de tus resultados y fechas de entrega depende completamente de ti. Es verdad, podrás ahorrarte un par de horas de traslado y probablemente inicies tus actividades laborales de una manera diferente a como lo harías en la oficina, pero también deberás invertir tiempo y establecer tus propios horarios, enfocarte a trabajar bajo un sistema de metas y resultados y no solo a cumplir con una cantidad de horas frente a un escritorio.
Además existen muchos sistemas que pueden ayudarte a gestionar tu tiempo y tus proyectos. Hoy en día puedes encontrar en el mercado una cantidad considerable de softwares que te permite ayudar a gestionar tus tiempos y dar un adecuado seguimiento a cada uno de tus proyectos. Si durante esta cuarentena has notado que los colaboradores son capaces de dar resultados aún a distancia te recomendamos que no dejes de lado este sistema de trabajo una vez que la contingencia haya terminado, por el contrario te sugerimos convertirlo en parte integral de tu empresa. Y si tú eres uno de los colaboradores que ha descubierto durante estos días en casa que este sistema de trabajo es realmente beneficioso para ti, te invitamos a que tampoco lo dejes de lado, y que busques opciones que te permitan continuar trabajando este modo, ya que finalmente el periodo de contingencia terminará y seguramente quieras seguir disfrutando de sus beneficios.
Recuerda que el teletrabajo, el home office, el trabajo desde casa, o como tú quieras llamarle es una realidad innegable, ya se encuentra en muchos puntos del mundo y es momento de que también sea parte de nuestro país.