Ha llegado la época del año en que las calles decoran de manera tenebrosa, los niños se disfrazan y los espíritus vuelven para visitar a los vivos. En años anteriores hemos hablado de los monstruos que pueden estar habitando nuestras empresas, como los fantasmas que se niegan a marcharse, aunque ya no estén, o los zombis que caminan sin vida por los pasillos, y es por eso que este año queremos dedicar este artículo a las brujas que rondan los rincones obscuros de las organizaciones.
Las brujas; o brujos; laborales son altamente peligrosos, se caracterizar por hechizar su entono y convertirlo de manera casi imperceptible en un sitio poco agradable para los miembros de la empresa. Mediante sutiles técnicas van entrando en la mente y corazón de los colaboradores, líderes e incluso los directivos, volviéndolos amargados y gruñones.
Utilizan hechizos simples pero efectivos, como los son los chismes de pasillo, comentarios sarcásticos y el sabotaje útil. No importa que posición ocupen dentro de la organización, siempre logran llegar a los otros, especialmente a aquellos que son pieza fundamental en la empresa.
Su lealtad a la organización es cuestionable, ya que, aunque se presentan a trabajar y cumplen con sus obligaciones, suelen quejarse del trabajo que realizan, de la estructura, la cultura, instalaciones, prestaciones, etc. Han causado la baja de más de un colaborador inexperto que cae en sus hechizos, y a pesar de su claro descontento con el lugar, sigue ahí.
Lo que las hace tan peligrosas es su habilidad para camuflarse, pueden esconderse detrás de esa persona que saluda y platica con todos, pero esparce rumores por la empresa, o tal vez se disfracen del personal de apoyo, aquellos que realizan actividades menores, pero que constantemente se queja con los puestos superiores de todas las fallas que ve sin aportar una solución, o quizá sea ese colaborador que lleva años en la empresa, enseñando a los más jóvenes como tener un desempeño menor sin meterse en problemas.
¿Qué hacer con las brujas?
Lo ideal es hacer una caza de brujas y asegurarse de que sus hechizos no alcancen al resto. Sin embargo, no siempre es tan fácil que tomen su escoba y salgan volando, por lo que es necesario hacerles frente usando estrategias que puedan competir con las suyas.
Los chismes de pasillo pueden eliminarse de raíz al crear estrategias de comunicación interna, de modo que la información sea clara, directa y llegue a quien tiene que llegar. Así mismo, hay empresas que se protegen al crear políticas que cuidan la integridad y privacidad de sus colaboradores.
Una cultura organizacional clara también ayuda a que todos sepan que esperar de su ambiente laboral, sin caer en especulaciones y puedan verse influidos por comentarios malintencionados. Así mismo, los eventos de integración y el trabajo en equipo evitarán que los colaboradores puedan ser divididos por algún hechizo.
Si como colaborador has logrado detectar a alguna de ellas, lo mejor es guardar distancia y evitar que sus embrujos hagan efecto en ti. Una actitud positiva y claridad en tus metas son los mejores antídotos para mantenerte a salvo.
Sin duda son muchos los monstruos que aún habitan las empresas, lo importante es poder detectarlos y combatirlos.
¡Te invitamos a leer nuestros artículos de años anteriores para que puedas hacerles frente a todos!