Zombis en la oficina: Verdaderos muertos en vida
Celebramos Halloween o bien en nuestro México el Día de Muertos y podemos ver en las calles a niños con sus disfraces listos para salir a pedir dulces, sin embargo, en el día a día podemos encontrar monstruos mucho más aterradores en nuestro entorno laboral. El año pasado hablamos de los fantasmas que pueden quedar en una empresa tras la salida de un elemento que fue muy querido dentro de la organización.
Este año hablaremos de algo mucho más aterrador, los zombis que habitan las oficinas. Esos hombres y mujeres que asisten al trabajo sin rastros de vida en su ser. Sabemos que en ocasiones el ambiente laboral puede volverse rutinario y aburrido, pero debemos recordar que mucho de esto depende de la actitud con la que decidamos asistir a nuestros empleos.
Si te sientes cansado, aburrido y asistes a trabajar por el simple hecho de que “debes hacerlo”, si has perdido la motivación y solo esperas a que el reloj marque la hora de salida, si cada día de la semana te parece una eterna agonía en espera del viernes para salir de fiesta, o si tu única motivación para arrastrar tu ser hasta la oficina es la llegada de tu próxima quincena, es posible que te hayas convertido en un zombi laboral.
Lo peligroso de esta especie no es la falta de vida en su interior, sino que son capaces de infectar a los que se encuentran a su alrededor, convirtiendo las empresas en verdaderas colonias de zombis, buscando robar la energía y motivación de aquellos que aún conservan su vitalidad.
Por fortuna, existen antídotos para esta condición, los cuales te ayudaran a sobrevivir a cualquier ataque zombi, o a volver a la normalidad si es que ya te has convertido en uno.
Antídotos:
Busca tu propia motivación: Puede ser que tu trabajo sea pesado, tedioso o aburrido, pero tú no tienes porque tomar esa misma actitud, busca algo que pueda motivarte para dar tu máximo esfuerzo, recompénsate por tus logros. Un postre, una nueva blusa o simplemente una salida con amigos pueden ser motivadores suficientes que te permitan rendir mejor.
Inicia bien el día: Despertarte tarde y salir corriendo al trabajo no es la mejor manera de iniciar, busca levantarte con suficiente tiempo y date un tiempo para ti. Saborea de tu café, respira, haz un poco de ejercicio si eso te sienta bien, o simplemente toma unos minutos para disfrutar del paisaje, escucha tu canción favorita y desayuna antes de ir a trabajar. Puede que levantarse temprano cueste un poco, pero si realizas estas actividades, iniciaras con energía y animo.
Forma buenas relaciones: Ocho horas o más es lo que se convive con los compañeros de trabajo, por lo que cuando existe una buena relación con ellas, es mucho más sencillo hacer frente a las actividades que se desempeñan. Quizá no sean tus mejores amigos, pero pueden hacerte mucho más agradable el día a día, conócelos, diviértete y aprende con ellos y de ellos.
No todo es trabajo: Busca una actividad que sea solo para ti, un pasatiempo que te permita olvidarte de tus responsabilidades laborales. Ya sea en las mañanas, tardes, noches o durante los fines de semana, date un tiempo para seguir desarrollándote de manera personal.
Utiliza estos antídotos y protégete de la invasión zombi.