¿Hay fantasmas en tu empresa?… Tal vez es momento de dejarlos ir
Hace unos días celebramos el día de muertos, lo cual lleva a pensar en todas esas historias y leyendas que rodean la cultura popular mexicana, sin embargo, no solo es en haciendas viejas y callejones que habitan los fantasmas, estos pueden encontrarse también en las empresas.
Toda empresa ha tenido en su organización un elemento que destacó del resto, ya sea por su compromiso con la empresa, su actitud positiva, la calidad de sus resultados, o cualquier otro motivo que lo haya convertido en una persona admirable dentro de la empresa. Lamentablemente, por una u otra razón estos excelentes elementos han tenido que dejar la compañía, dejando un hueco y altos estándares difíciles de llenar .
Fantasmas y leyendas
Estos elementos terminan convirtiéndose en verdaderas leyendas dentro de la empresa, sus historias se cuentan en los pasillos y su forma de trabajo se convierte en canon para sus sucesores, de modo que su recuerdo queda impregnado en la organización: ellos son los “fantasmas” dentro de la empresa.
¿Cómo afecta a la organización?
Negarse a soltar el recuerdo de un colaborador puede traer consigo diversas consecuencias dentro de la empresa. En primer lugar, puede ser difícil encontrar a un nuevo colaborador cuando las expectativas se encuentran enfocadas en encontrar el perfecto reemplazo del anterior, lo que vuelve los procesos de reclutamiento y selección más largos y complicados.
Además, al llegar una persona nueva a cubrir la vacante anteriormente ocupada, puede llegar a sentirse frustrado ante las constantes comparaciones con su antecesor, así mismo, los compañeros y directivos pueden tener dificultades para adaptarse a nuevas formas de trabajo, llegando a mostrar resistencia.
Finalmente el mantener la misma forma de trabajo, costumbres y procesos implementados por una persona que ya no está en la organización puede volver los procedimientos obsoletos y poco eficientes.
¿Por qué es benéfico “dejar ir” a los fantasmas?
Como en todo en la vida, no es posible escribir una nueva historia cuando se sigue leyendo la misma página una y otra vez. Es necesario iniciar de nuevo, aunque claro, esto no significa que los buenos elementos sean olvidados por completo, sino que sus enseñanzas y vivencias serán recordadas con cariño, pero sin opacar al presente.
Es primordial recordar que esa persona fue muy importante y querida para la empresa, sin embargo, no debemos dejar que eso nos frustre, es necesario recordar que la forma de trabajo del nuevo colaborador es quizá un poco diferente, pero no por ello menos eficiente. Es necesario brindar una oportunidad a los nuevos talentos que se incorporan a la empresa y aceptar que los cambios; aunque al inicio incómodos; son buenos, mueven de la zona de confort y contribuyen al crecimiento de la compañía.
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